jueves, 2 de septiembre de 2010

Acerca de la antibioticoterapia...

Yo que soy pudiente… me automedico!

V. Marcelo R. - MD

Al día de hoy ya en forma de un sueño lejano, usted divertido lector recordará que como consecuencia de la última emergencia sanitaria en nuestro país y para hacerle frente, ciertamente se tomaron medidas radicales, tal vez justificables, con el propósito final de disminuir la propagación de una epidemia de un, ahora famoso virus, conocido como virus de Influenza Humana A H1N1 (sic*); tuvimos anuncios en televisión, radio, medios escritos que promovían la higiene personal y el uso de tapabocas, y curiosamente también la aparición de divertidas campañas publicitarias que promocionaban artículos “desinfectantes” que bien podrían, en condiciones normales, estar elaborados sólo para personajes holliwoodenses como Harold Ramis (Jack Nicholson: “Mejor… Imposible” – As Good As It Gets, 1997), quien con su habitual estilo de vida podría sobrevivir a 20 contingencias como la acontecida.

También, muchos habitantes de este hermoso y polifacético país nos volcamos hacia la atención primaria a la salud (llámense consultorios, centros de salud, UMF-IMSS, etc.), con el fin de descartar o confirmar (en gustos se rompen géneros), el diagnóstico de “influenciado”. Es ahí donde entraré en materia; me presento, soy médico general, orgullosamente egresado del IPN, y en aquel tiempo empleado en un consultorio de una cadena conocida de farmacia de genéricos, y tengo que declarar que hasta una semana antes de aquel evento, no había visto tantas consultas de pacientes preocupados y ocupados realmente por su futuro estado de salud! Esto me hizo reflexionar en lo siguiente: ¿Sería el miedo? ¿Habrá sido una histeria colectiva? ¿Será la prueba tangible de los resultados del nuevo modelo educativo? A decir verdad, me sorprende creer que necesitemos una crisis de este tamaño para darnos cuenta de la real importancia que tiene la prevención y promoción de la salud. Y usted, paciente lector, dirá a estas alturas, - Ajá! ¡¿Y?!, bueno, mucha atención:

Pongamos un ejemplo actual y común: “Ddripa…a achú!!”, ¿Qué es lo que sucedía en la historia habitual de una infección de garganta?

· Paso #1: nuestro paciente (Eulogio) comienza con un cuadro genérico intercambiable de tos, rinorrea (escurrimiento nasal), estornudos, debilidad, dolor de cabeza, etc.;

· Paso #2: acudía a su farmacia de confianza y solicita una inyección para “la gripa”;

· Paso # 3, 4, N (dependiendo de la resistencia del paciente y la competencia del vendedor) poca mejoría, agravación leve y acudía nuevamente a la farmacia por otra dosis de Antigripal/Antibiótico (pa’ que amarre);

· Paso Final: A estas alturas, el cuadro que originalmente era viral (o sease causado por un virus) y que pudo resolverse con cuidados y medidas generales, ya se volvió una infección bacteriana multiresistente (una bacteria del mal) por lo q solo resta acudir con el Médico.

Continuara...

@venetic_chente


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